Los catedráticos Ethan R. Mollick y Lilach Mollick de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos identificaron siete roles pedagógicos para la IA:
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Tutor de IA para aumentar el conocimiento
Entrenador de IA para aumentar la metacognición
Mentor de IA para proporcionar retroalimentación equilibrada y continua
Compañero de equipo de IA para aumentar la inteligencia colaborativa
Herramienta de IA para ampliar el rendimiento de los estudiantes
Simulador de IA para ayudar con la práctica y Estudiante de IA para verificar la comprensión.
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Cada rol ofrece oportunidades distintas, pero también riesgos: complacencia (aceptar la respuesta sin cuestionarla) y dependencia (incapacidad de hacer la tarea sin la IA). La clave está en diseñar la tarea y las condiciones de uso para que la IA sea un estímulo al pensamiento, no un atajo. Por ejemplo, diseña la actividad con un rol y propósito claro.
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Antes de asignar IA, decide cuál será su rol en la actividad y qué metacognición quieres fomentar.
Tutor-IA: asigna a la IA la tarea de generar un resumen o explicación inicial. Pedir al estudiante que reelabore, amplíe o critique ese resumen obliga a profundizar.
Entrenador-IA: usar la IA para generar preguntas metacognitivas. El estudiante responde, reflexiona y registra su proceso de aprendizaje en un diario breve.
Mentor-IA: la IA da retroalimentación preliminar sobre un borrador; el estudiante debe integrar, justificar los cambios y entregar un informe de decisión (qué aceptó, qué rechazó y por qué).
Compañero-IA: en actividades grupales, la IA propone ideas; el equipo selecciona, valida y presenta evidencia que respalde la elección.
Herramienta-IA: para tareas técnicas (p. ej. análisis de datos), exige que el estudiante documente los pasos y el razonamiento detrás de cada decisión.
Simulador-IA: role play con IA (p. ej. entrevistas) deben cerrarse con una autoevaluación y un plan de mejora.
Estudiante-IA: pedir a la IA respuestas deliberadamente erradas para que el alumno identifique fallos y explique la corrección.
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Reglas y estructuras para evitar complacencia
Implementa condiciones obligatorias que fomenten la verificación y el pensamiento crítico:
Dos pasos obligatorios: primera versión sin IA; segunda versión con IA y un anexo que detalle prompts usados, resultados y la reflexión crítica del estudiante.
Rúbricas que valoren el proceso: puntúa la capacidad de evaluar, justificar cambios y aplicar aprendizaje, no solo el producto final.
Actividad de verificación: pide fuentes, contraste y mini-bibliografía que respalde las respuestas generadas por IA.
Defensa oral o breve presentación: que el estudiante explique su razonamiento ante la clase o tutor.
Revisión pareja: intercambio de entregas donde compañeros detectan errores o sesgos en la propuesta apoyada por IA.
Mide la autoría y el nivel de aporte humano: exige un apartado de transparencia donde figuren prompts, ajustes y la reflexión del estudiante. Usa checkpoints (entregas parciales) para evaluar progreso y evitar que la IA haga todo al final. Finalmente, integra la supervisión humana: la IA sugiere, el docente válida.
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Asignar IA bien significa diseñar tareas que necesiten del juicio humano para completarse. Cuando la IA actúa como espejo, reto o herramienta y el estudiante ejerce la crítica sobre su salida, la tecnología deja de ser un comodín y se convierte en motor de aprendizaje real. ¿Listo para transformar tus tareas con IA sin perder la autoría estudiantil?
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De esta forma, la IA no reemplaza la creatividad del alumno, sino que la potencia con guía estructurada y crítica.